Si te las arreglaste como pudiste y ya viste The Mandalorian a pesar de que Disney+ aún no llega a México, sabrás que es una serie que contó con un amplio presupuesto (una necesidad por tratarse de un producto ubicado en el universo de Star Wars).
Para muchos, sus ocho episodios son -junto con Rogue One– lo mejor que ha ofrecido la franquicia desde que fue adquirida por Disney en 2012, y dentro de los aspectos que más se le celebran está su presentación, pues va en sintonía con los westerns que su creador Jon Fraveau tomó como inspiración.
Por ello es que abundan paisajes que acentúan el enfoque western y de pistolero solitario por los que apuesta la serie, pero aun cuando estos puedan parecer reales para el ojo humano, en realidad son resultado de una técnica llamada Stagecraft.
De acuerdo con SlashFilm, es una suerte de “pantalla verde” inmersiva en tiempo real, ya que se coloca al fondo de la toma y su estructura envuelve todo el set.
Lo más asombroso es que el equipo de producción puede mover la cámara a su antojo y la imagen en pantalla responde a estos movimientos, de forma que si la toma requiere un paneo que siga al personaje a cuadro, la perspectiva del ambiente se mueve junto con la cámara y recrea en tiempo real lo que sucedería si se filmara en un espacio físico.
La tecnología Stagecraft no se empleó solo para escenas que necesitaban paisajes abiertos, pues también sirvió en interiores en los que el presupuesto de la serie no hubiese rendido para props y elementos extra.
Porque si bien es cierto que The Mandalorian contó con un nutrido presupuesto, también lo es que Disney no podía darse el lujo de extender uno de la magnitud de una película live-action de Star Wars.
Y al ver el resultado en pantalla, es imposible imaginar que la serie no fue filmada en locación.