El fraccionamiento Villas del Sol, al oeste de la localidad, será atravesado por el paso del Tramo 5 Sur del Tren Maya, mientras sus vecinos se niegan a hablar del impacto en el lugar.

Villas del Sol, un fraccionamiento con unos 14 años de antigüedad en la parte más continental del municipio de Solidaridad, donde se encuentra Playa del Carmen, está por convertirse en una de las localidades partidas por el Tren Maya.

El Tramo 5 Sur está proyectado para cruzar a unos 7 kilómetros de la costa de Playa del Carmen, justo donde cruzará por una de las pocas zonas habitacionales construidas tan lejos de la costa en todo el recorrido que se prevé para el Tren Maya en Quintana Roo, de Cancún a Chetumal.

En Solidaridad viven unas 160 mil personas y la mayor concentración de ellas está en todo el radio que va desde Playa del Carmen hacia el interior del continente unos 8 kilómetros.

A la altura del kilómetro 7, sobre la carretera Playa del Carmen-El Tintal, un puñado de trabajadores de la empresa ICA realiza unos estudios de suelo para el Tren Maya. Según el ingeniero a cargo de la obra, en esa zona el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) hizo ya los levantamientos y registros correspondientes de vestigios.

La tarde del jueves es cálida, con apenas alguna nube del tormentoso día anterior. En la zona del trabajo, el bochorno es asfixiante, más ahora que la vegetación de un segmento de unos 70 metros ya no está, aunque no debe tener más de un mes que la retiraron.

“Tiene como 3 o más”, defiende el trabajador, quien prefirió no dar su nombre porque no está autorizado a hablar. Tampoco hace más comentarios sobre la obra porque dice que no conoce el proyecto. Él sólo está ahí para realizar su estudio, el cual, dice, les ha mostrado que el agua subterránea está contaminada.

¿La razón? Según él, las miles de viviendas que apenas medio kilómetro más adelante ocupan parte de la colonia Vilas del Sol. “Encontramos eso a los 7 metros, esa fuga de aguas negras. Se ven las manchas, ahí sí no sé qué se pueda hacer”, comenta.

Y al preguntar qué pasará con la localidad, prevé que seguirá ahí, seguido de un reclamo similar a los del presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO), como si el pasado fuera un tema de debate. “Construyeron Villas del Sol y nadie dijo nada. Están tirando árboles. ¿Tú crees que no hubo un cenote ahí? Te lo apuesto; o las unidades que están aquí atrasito”, reprocha a quien corresponda. Es decir, a los ambientalistas que hoy reclaman la construcción del Tren Maya.

La colonia partida por el Tren Maya

La primera etapa de Villas del Sol se comenzó a construir en 2008, y tuvo una nueva ampliación en 2016, cuando se estimaba ya vivían unas 50 mil personas. Las nuevas viviendas de la zona se entregaron hacia 2018.

Es una zona donde la mayoría de las casas son de menos de 50 metros cuadrados de construcción con apenas un pequeño patio frontal para cada vivienda, donde algunos adaptaron para dotar de más espacio a sus hogares, con tejados, consultorios, una sala o simplemente una silla o un sillón para tomar el fresco por la tarde. Dicen los vecinos que una renta puede ir de los 2 mil a los 5 mil pesos en la zona, una de las más pobladas del municipio.

Para llegar al lugar basta con tomar una combi desde el centro que tarda unos 15 o 20 minutos entre el zigzagueo para salir del lado pegado a la costa, cruzar la carretera e internarse en el entramado de calles que colinda con la selva, la misma que dejará su lugar al Tren Maya.

El ingeniero que no sabe qué sigue para el proyecto insignia del presidente Andrés Manuel López Obrador oculta la información que puede pero revela un dato importante: la colonia Villas del Sol no se verá afectada por la construcción del Tramo 5 Sur.

“Va a pasar por una parte donde iban a hacer algo, como una vialidad amplia, un periférico, ya está todo listo. Ahí no hay que mover nada”, comenta.

A menos de 500 metros de ahí, se observa un pequeño oasis de selva media sin desmontar en medio de ese terreno yermo que poco a poco da paso a la naturaleza que se niega a dejar su lugar, donde unas plantas de un metro o poco más se levantan entre los restos de la devastación de las máquinas para despejar el derecho de vía de la obra.

Tras esos árboles, unos pasillos adaptados para un mercado sobre ruedas ponen algo de orden para que una decena de comerciantes ofrezcan frutas, verduras, ropa de paca, algunos productos de higiene y alguna que otra cháchara que se vende en los tianguis.

El espacio está junto a una cancha de futbol rápido que acumula restos de hojas y basura de varios meses donde claramente lo último que se hace es gritar los goles y celebrar las atajadas de un portero una tarde de domingo en familia.

A un costado está ese claro de selva que sobrevive al derribo previo a la ejecución de la obra. Pero no será por mucho tiempo.

Después está una avenida, llamada Martín Pescador seguida de la avenida Periférico, nombrada así porque en algún momento de la década pasada se puso en la mesa y en 2018 se replanteó que ese sería su destino, es decir, convertirse en una vía alterna para destrabar el tráfico de Playa del Carmen; proyecto, que como buena promesa de político, sin importar su partido, jamás se concretó.

“Eso tiene, el anuncio, tiene aproximadamente como 7 años, que se anunció ese periférico, en la administración de Román Quián (2008-2011). Nunca se llevó a cabo y nunca se tomó”, recuerda Marco Antonio López, activista de Vecinos Unidos de Villas del Sol.

Pero las reservas territoriales, la forma elegante de llamar a los terrenos sin usar, se quedaron ahí y ahora forman parte de lo que será el Tramo 5 Sur del Tren Maya. De unos 60 0 70 metros de ancho por algo así como kilómetro y medio de largo, ese camellón cortado por cinco avenidas transversales será parte de la historia del sexenio de AMLO.

Pero sus vecinos no lo reconocen. Alrededor del trazo está no sólo el tianguis con puestos a un lado y el otro del avenida Martín Pescador, sino también una farmacia, una tienda de celulares, un Oxxo, una escuela y hasta una zona de juegos infantiles.

Todo eso seguirá tras la construcción del Tren Maya. Pero no se sabe qué pasará después.

Silencio de los vecinos de Villas del Sol

Cuando se anunció el cambio de trazo del Tramo 5 Sur del Tren Maya a principios de año, las autoridades de Solidaridad reconocieron que el trazo se movería a esa área al interior de la selva. Y fue de conocimiento de los habitantes. Pero en un recorrido realizado por Grupo Fórmula, todos se negaron a hablar del tema en micrófono.

Sólo dieron algunas pistas, como que el terreno de selva de la avenida Periférico tendría unos 3 o 4 meses de haber sido limpiado. O que seguro sería parte del trazo, o que por ahí había un plan de una obra pero no se concretó en años anteriores.

José vende vegetales en la acera frente al muro de árboles que oculta las obras del Tren Maya. Al preguntarle para qué se limpió el terreno detrás de su puesto, bromea como quien sabe que no le queda más opción que resignarse a buscar un nuevo lugar. “Van a hacer mi casa”, dice entre risas. “Es para el Tren Maya”, aclara de inmediato.

-¿Y qué van a hacer después?- se le pregunta.

-Pues nos vamos a la calle de allá -dice mientras señala a su derecha, a una cuadra más adelante-. No nos han dichos cuándo pero sí, nos van a quitar- concluye con la resignación de que ante lo inevitable, sólo queda buscar nuevas opciones para seguir vendiendo.

La obra a unos metros de ahí delata que la zona quedará dividida por un monstruo de 42 trenes que pasará a más de 160 kilómetros por ahí cargado de pasajeros o un poco más lento, lleno de alimentos, combustible y todo lo que se necesita para abastecer a la Península de Yucatán, como esos puestos que hoy llevan comida y otros productos a los vecinos de Villas del Sol.

Pero por hoy, ni su construcción ni su vía intimidan a los vecinos de Villas del Sol. Una colonia que será cortada por el Tramo 5 Sur del Tren Maya.

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