La frase de Biden sonaba tanto a un llamamiento a un levantamiento interno, que la Casa Blanca ha tenido que matizar casi de inmediato las palabras de su presidente
Putin saluda la visita de Biden a Polonia con un bombardeo en Leópolis, muy cerca de la frontera polaca
Tras 31 largos días de invasión rusa en Ucrania, parece que el estancamiento de las tropas rusas en su avance por el país vecino está envalentonando a sus detractores. Este sábado, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, ha viajado a Polonia. Una visita durante la que ha elevado el tono de sus críticas hacia el presidente Ruso.
Primero, durante una visita a un campo de refugiados ucranianos en suelo polaco. Allí, entre selfies con niños pequeños y a preguntas de los periodistas, Biden ha llamado a Putin “carnicero”.
No era la primera vez. En el pasado ya le había llamado “aesesino”, “criminal de guerra” y “dictador”. Sin embargo, horas más tarde, ante una multitud congregada en Varsovia, Biden ha asegurado que su homólogo ruso, Vladimir Putin, “no puede permanecer en el poder” y su guerra contra Ucrania ha sido “un fracaso estratégico para Moscú”.
Pero una cosa es el insulto, y otra es echar gasolina sobre los rumores cada vez más frecuentes de que una élite rusa estaría moviendo hilos para derrocar a Putin. La frase de Biden sonaba tanto a un llamamiento a un levantamiento interno, que la Casa Blanca ha tenido que matizar casi de inmediato las palabras de su presidente, aclarando su intención no era en ningún caso pedir un cambio de régimen.