Tras pasar años luchando contra el covid-19, muchos países han acabado con los confinamientos y se acercan poco a poco a la normalidad. Pero en Corea del Norte la historia es diferente.
Después de dos años sin reportar un solo caso de covid, Pyongyang informó el 16 de mayo que más de un millón de personas se han enfermado por lo que se ha definido en los medios de comunicación estatales como una “fiebre”.
Las cifras reales podrían ser mucho mayores que las oficiales, pues el Estado totalitario de 25 millones de habitantes es conocido por su secretismo, y la capacidad de testeo de la nación asiática es limitada.
Hasta ahora, al menos 56 personas han muerto, pero no se sabe cuántos de esos casos sospechosos han dado positivo del virus.
Corea del Norte anunció la semana pasada sus primeros casos confirmados de covid, aunque los expertos creen que es probable que el virus haya estado circulando desde hace tiempo.
“La propagación de la epidemia maligna es la mayor convulsión que ha caído sobre nuestro país desde su fundación”, estimó Kim Jong-un, el líder del país, según la agencia oficial de noticias KCNA.
En consecuencia, su gobierno impuso un control de “máxima emergencia” a nivel nacional, en una nación de por sí aislada del resto del planeta.
Liz Throssell, portavoz del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (ACNUDH), expresó este martes su preocupación por el “probable impacto en los derechos humanos” del confinamiento impuesto por las autoridades.
BBC Mundo explica en tres claves por qué es tan preocupante la situación en este país asiático y cómo llegó aquí.
1. Rechazo de la ayuda internacional
Corea del Norte rechazó la ayuda de la comunidad internacional para suministrar vacunas al país, pues creyó que podía mantener el virus bajo control con el cierre de fronteras que impuso en enero de 2020.
Alistair Coleman, experto de la BBC en desinformación de Corea del Norte, asegura que las razones de sus dirigentes para rechazar las ofertas de dosis de vacunas del extranjero no están claras.
“Algunas fuentes creen que están esperando vacunas de ARNm más efectivas, en lugar de inmunizar a la población con inyecciones menos efectivas”, explica.
“Otra línea de pensamiento es que el suministro de vacunas extranjeras viene con condiciones que son inaceptables para Pyongyang”.
Para Kee Park, profesor de Salud Global y Medicina Social de la Universidad de Harvard, hay otras razones.
Primeramente, la teoría filosófica tradicional de Corea del Norte conocida como “juche” enfatiza la autosuficiencia: “Pedir ayuda no es fácil para ellos”, explica el profesor en entrevista con BBC Mundo.
Aparte, explica que desde que comenzó la pandemia la entrada de carga humanitaria se ha reducido porque las autoridades norcoreanas ven la entrada de carga y personal externo como una posible vía de acceso para el virus.
“Con el virus ya dentro del país, tendrían que reevaluar el riesgo y beneficio de la ayuda externa”, agrega Park.
En los últimos días, un grupo de aviones de Air Koryo, la aerolínea estatal de Corea del Norte, han efectuado múltiples vuelos idea y vuelta a China, tras haber permanecido estacionados por más de 2 años.
“Estos vuelos podrían sugerir un cambio en la disposición de Corea del Norte a aceptar carga aérea”, afirma el experto.
Según él, esto podría tener implicaciones significativas si deciden finalmente aceptar ayuda de otras organizaciones internacionales.
2. Deficiencias del sistema de salud
Corea del Norte carece actualmente de capacidad para realizar pruebas, que se suma a la escasez de medicamentos y equipos esenciales para lidiar con el coronavirus.
El profesor Kee Park recuerda que se trata de un país de bajos ingresos con un sistema de salud que tiene recursos limitados.
“A pesar de una densidad relativamente alta de trabajadores de la salud, el sistema tendría dificultades para atender la oleada de pacientes”, asegura.
Por su parte, el experto en Corea del Norte, Alistair Coleman, explica que la respuesta de Pyongyang al covid siempre ha sido negar que el virus exista en el país.
“La respuesta del Estado fue cerrar sus fronteras e implementar una estrategia de higiene para prevenir infecciones, fumigar lugares públicos como estaciones de tren, escuelas, hospitales, etc…”, agrega.
Pero, en realidad, el país no podría estar menos preparado para combatir la enfermedad.
“El sistema de salud ha sido y es bastante terrible”, asegura Jieun Baek, fundador de Lumen, una ONG que monitorea a Corea del Norte.
“Es un sistema muy decrépito. Aparte de dos millones de personas que viven en Pyongyang, la mayor parte del país tiene acceso a atención médica de muy mala calidad“.
Personas que han escapado de Corea del Norte han asegurado en el pasado de que las agujas de las jeringas se reutilizan hasta que se oxidan y que las botellas de cerveza son convertidas en recipientes improvisados de líquidos intravenosos.
Además de una población no vacunada, hay escasez de medicamentos y equipos de protección personal (EPP).
Y las pruebas son muy limitadas: solo se han realizado 64.000 tests desde el comienzo de la pandemia, según cifras de la Organización Mundial de la Salud.
En comparación, Corea del Sur ha realizado hasta 172 millones de pruebas hasta el momento.
3. Baja inmunidad colectiva
Como consecuencia del rechazó de Pyongyang a la ayuda de la comunidad internacional para vacunar a la población, la inmunidad colectiva en el país es extremadamente baja.
Pese a que hay rumores de que algunos miembros de la élite de Corea del Norte han sido vacunados, la gran mayoría de los norcoreanos no ha recibido ninguna dosis contra la covid.
De hecho, durante la pandemia los medios estatales han advertido sobre la ineficacia y los peligros de las vacunas contra la covid.
Sin casos confirmados de Covid-19 en los últimos dos años, la población es “inmunológicamente ingenua al virus SARS-Cov-2” y todas sus variantes, dice el profesor de Harvard Kee Park.
“Hasta ahora no habían tenido ningún brote, por lo que nadie ha desarrollado inmunidad. Además, todavía tienen que vacunar a la población. Esencialmente no tienen protección inmunológica”, añade.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) expresó su “preocupación” este lunes por la situación en Corea del Norte, ya que la variante ómicron parece haber afectado ya a casi 1,5 millones de personas en la nación asiática desde finales de abril.
“Dado que el país aún no ha iniciado la vacunación contra la covid-19, existe el riesgo de que el virus se propague rápidamente a menos que se reduzca con medidas inmediatas y apropiadas”, advirtió el director regional de la OMS, Khetrapal Singh, en un comunicado de prensa.
Por su parte, Liz Throssell, portavoz del ACNUDH, señaló que ante la ausencia de una campaña de vacunación, la propagación de la pandemia “puede tener un impacto devastador en la situación de los derechos humanos en el país”.
Mediante un comunicado publicado este martes, la funcionaria le hizo un llamado a las autoridades norcoreanas a discutir con las Naciones Unidas la apertura de canales para el apoyo humanitario, incluidos medicamentos, vacunas, equipos y otros apoyos para salvar vidas.
“También instamos a las autoridades a que faciliten el regreso del personal internacional y de las Naciones Unidas para ayudar en la prestación de apoyo, incluidas las poblaciones vulnerables y las que viven en zonas rurales y fronterizas”.