Ambientalistas advierten de los daños del Tren Maya a la selva de Quintana Roo, pero también alertaron de otro riesgo por el posible daño al suelo: hundimientos y hasta derrumbes a causa de las múltiples cavernas que hay a lo largo del trazo del Tramo 5, al norte de Quintana Roo.
En un recorrido realizado por Grupo Fórmula, se pudo observar la presencia de cavernas y oquedades de manera aleatoria y reiterada a lo largo de la superficie desmontada por la que se pretende construir el Tramo 5 Sur, que va de Playa del Carmen a Tulum.
Son segmentos de unos 70 a 90 metros de ancho por varios kilómetros de largo donde la vegetación ya fue desmontada y sólo quedan los restos de árboles caídos y tierra removida entre las cuales vuelve a crecer la vida vegetal en plena época de lluvias.
Pero en a lo largo y ancho de ese terreno se observan huecos que van de pequeños agujeros de unos centímetros de diámetro pero de profundidades que fácilmente superan los 50 centímetros hasta entradas a cavernas subterráneas que bien podrían parecer la puerta al Xibalbá, el inframundo según la mitología maya.
A unos 7 kilómetros del centro de Playa del Carmen, por ejemplo, se encuentra la caverna los Guardianes, descubierta hace unos meses por los propios ambientalistas que hoy se oponen a la obra en esa zona porque se inició sin los permisos correspondientes, y sobre todo, porque no se realizaron los análisis previos para dimensionar los daños que podría causar al ambiente y a los propios trabajadores ante un posible derrumbe.
“No estamos en contra de Tren Maya, sino de cómo lo están haciendo”, reprochó Adriana, campechana de origen maya que hoy vive en Puerto Morelos y que se opone a la obra del Tramo 5, durante una protesta en Akumal a principios de mes ante trabajadores de la constructora Mota Engil.
Su defensa es porque parece que quienes ordenaron continuar con la obra no se han acercado a la zona y no dimensionan los riesgos.
Cavernas que pueden causar derrumbes del Tren Maya
El tramo donde se manifestaron en Akumal estaba apenas a unos metros de la caverna llamada Siete Pesos, una oquedad de unos 10 metros de ancho por 2 de alto y a la vista unos 3 de profundidad, más lo que se sume, porque no termina ahí.
Esa es solo una de muchas cavernas que hay en el área. A 40 kilómetros de ahí está Los Guardianes, donde se observa con claridad cómo los segmentos de suelo se apilan como panes de sándwich, que están sobrepuestos, no son una unidad, lo que los vuelve más frágiles, relatan los activistas.
A unos 3 kilómetros de Los Guardianes está Yorogana, otra de las cavernas más representativas de la resistencia de los ambientalistas en contra del Tren Maya en Quintana Roo.
Desde ahí, los ambientalistas se han manifestado y realizado explicaciones de por qué el suelo de esa zona la Península de Yucatán corre grandes riesgos de derrumbes y colapso en caso de tener un tren de varias toneladas de peso que corra a más de 100 kilómetros por hora sobre esa superficie.
En un recorrido por la zona, el espeleólogo Raúl Padilla explicó que los colapsos de la bóveda de las cuevas son naturales en el área, debido a la condición del piso, una piedra caliza y permeable que permite la infiltración y el escurrimiento del agua al interior de la tierra, lo que forma las cavernas y por supuesto, los espectaculares cenotes.
“Lo que va a hacer el Tramo 5 del Tren Maya es acelerar el proceso de colapsos naturales, por la vibración, el peso, y todo lo que viene con la ruta arriba de muchos sistemas de cuevas gigantes, es lo más frágil y podemos perder el acuífero. Hay que mostrarle a los ingenieros para que piensen 2 veces si hacen el proyecto o no. Creo que estamos a tiempo de evitar una catástrofe”, agregó.
Un ejemplo de lo que ocurrirá en la zona se observa sobre la carretera 307 que va de Playa del Carmen a Akumal, donde se observa un tramo de unos 100 metros plagado de hoyos y en donde en agosto de 2022 se realizaban aún labores de pilotaje para tratar de darle soporte y evitar nuevos “socavones”. Guillermo D’Christy, uno de los ambientalistas contra el Tren Maya, explicó que estos no son tales, sino caídas de bóvedas de cavernas subterráneas. como las que enfrentará el Tren Maya.
Los hundimientos y derrumbes son uno de los riesgos que incluso la propia autoridad ha reconocido como el mayor riesgo para el Tramo 5 Sur del Tren Maya en la Manifestación de Impacto Ambiental (MIA) Regional del proyecto, que por cierto, se presentó ya con la obra iniciada y fue avalada de manera exprés por la autoridad ambiental.