SEMANA ha denunciado y presentado pruebas de los seguimientos que ha ordenado presuntamente el comandante del Ejército, general Luis Ospina, contra el también general Jhon Jairo Rojas, y contra el profesor de inglés de su esposa, Leonardo Colmenares.
El gigantesco escándalo desatado por los seguimientos, usando el aparato de inteligencia del Ejército y presuntamente ordenados por el comandante del Ejército, general Luis Ospina, contra el también general Jhon Jairo Rojas para realizarle un montaje y frenar su ascenso, y contra el profesor de inglés de su esposa, Leonardo Colmenares, ya se convirtió en un asunto con implicaciones penales. El fiscal Francisco Barbosa acaba de anunciar que se abrió investigación por este delicado asunto y hasta afirmó que habrá resultados rápidos.
En una entrevista con el periódico El Tiempo, Barbosa afirmó que “es un caso importante para el ente acusador y seguramente los resultados serán rápidos. La Fiscalía abrió una noticia criminal para investigar los delitos presuntamente cometidos con relación al tema y destacó a un grupo de investigadores para establecer si existió o no una conducta penal”.
Y no es para menos, las denuncias y pruebas contra el comandante del Ejército, general Luis Ospina, son de extrema gravedad. Según lo denunció el general Jhon Jairo Rojas, excomandante del Comando Específico del Cauca, fue víctima de montaje de Ospina para frenar su ascenso, aunque no conoce las razones de su motivación.
La denuncia, revelada por SEMANA, advierte cómo Ospina y otros mandos militares se habrían confabulado para sacarlo de la institución con base en mentiras. Pero no se trata solo de la versión del general Rojas, están los documentos y chats que así lo prueban, y la contundente confesión del teniente Fredy David Acuña, a quien le ordenaron hacer los seguimientos día y noche contra el general Rojas y su familia.
Según conoció SEMANA, “las pruebas” contra el general Jhon Jairo Rojas, que hoy parecen más un burdo montaje, ya había sido enviadas a la Fiscalía y en ellas se planteaba un acuerdo entre narcos y criminales para permitirles actuar y traficar en el Cauca, en especial en la zona del cañón de López de Micay. Una denuncia calcada con el montaje que ahora sale a la luz.
En entrevista con SEMANA, el general Rojas lo denunció así: “¿Cómo es posible que el comandante del Comando Específico del Cauca, el general Federico Mejía, y el comandante de la Tercera División, el general Raúl Vargas, uno en Popayán y otro en Miranda, Cauca, elaboren un informe el mismo 22 de septiembre y se lo envíen al inspector del Ejército? Él debe verificar cuál es el grado de responsabilidades en los niveles de mando, pero no lo hizo. Se lo remitió al comandante del Ejército, el general Luis Mauricio Ospina. Y él, el mismo 22 de septiembre, le hizo un informe al general Helder Giraldo, comandante de las Fuerzas Militares, quien finalmente lo envió a la Fiscalía”
Pero no solo denunció el montaje, también señaló directamente al comandante del Ejército, “el general Luis Mauricio Ospina, porque él elaboró el informe, firmó lo que es un montaje. Y lo que me causó extrañeza fue que él no hubiera dedicado un minuto a analizar que eso era un montaje, conociendo de años anteriores quién era el general Rojas (…) Él sabe las responsabilidades de un general. Incluso, hay apartes de esos informes que son chismes, cosas que ni siquiera tienen un valor probatorio. Todo con el ánimo de sacarme del juego a escondidas”.
De igual forma lo acusó el teniente Fredy David Acuña, a quien le fue ordenado realizar los seguimientos, quien en pocas palabras afirmó: ”Para mí es un montaje. Yo participé”, y agregó que incluso eso lo conocía el ministro de Defensa, Iván Velásquez, a quien le informó: “Señor ministro, yo participé en el montaje contra mi general Rojas”. Me dijo: “¿Cómo así, teniente, qué orden recibió usted?”. Le respondí: “Seguimientos ilegales, señor ministro, pero sin conocimiento”. Y le conté la historia. Todo lo que relato aquí se lo conté al ministro. Él es una persona muy calmada. Cuando tocamos el tema de mi general Rojas y el del otro señor general, me dijo: “El sábado lo llamo”.
El ‘teacher’
Y es que la situación para el general Ospina, quien es el comandante del Ejército, es grave, las denuncias son demoledoras, incluso, nadie se explica por qué usó el aparato de inteligencia del Estado para hacer seguimientos personales a Leonardo Colmenares, profesor de inglés de su esposa.
Según las pruebas en poder de SEMANA, el comandante del Ejército quería saber por qué razón su esposa se reunía periódicamente con el profesor de inglés en las instalaciones del complejo militar; además, cuál era su lugar de residencia. Para ello, se utilizaron recursos públicos con el fin de satisfacer los intereses personales del general Ospina.
Ahora, más allá de las pruebas enviadas a la Fiscalía, y que harían parte de los montajes orquestados por Ospina, el ente de control tendrá no solo que evaluar las presuntas relaciones entre militares y criminales en la compleja región del Cauca, sino que tendrá que meterse a fondo en las gravísimas denuncias de seguimientos ilegales desde inteligencia del Ejército, para realizar montajes. La investigación está en marcha, advirtió el fiscal Barbosa.