Abordar historias que cuestionen y expongan lo que vivimos como sociedad, aunque sean incómodos, como la justicia, es lo que ahora le interesa a la actriz y productora mexicana Marina de Tavira, quien fuera nominada al Oscar en 2019 por su trabajo en la película Roma, como Mejor Coactuación Femenina.
Es así que este año dedicará la mayor parte de su tiempo al arte escénico, no sólo con su productora Incidente Teatro, sino con otras obras que ya tiene planeadas. Así inicia con Consentimiento, de la que retomará dos funciones este 10 y 11 de febrero en el Teatro de la Ciudad Esperanza Iris.
He apartado un poco el tiempo para dedicarme más al teatro. Tengo de hecho tres proyectos, dos con mi productora Incidente Teatro, que tengo con Enrique Singer, y otro con el director Diego del Río. Con él he querido trabajar muchas veces y no hemos logrado coincidir, pero es un texto increíble, un clásico de la literatura universal. Es un director que tiene el coraje de enfrentarse a contextos emblemáticos y los desentraña, los desnuda.
Hacemos teatro para conocernos a nosotros mismos y, con mi productora, hay cosas que vamos superando. Varias de las primeras puestas en escena que hicimos tenían mucho que ver con el mundo de la pareja, pero ya toca algo más político. Ahorita a mí me interesan esos temas, como la justicia. Ser, de alguna manera, una voz de denuncia. Eso es lo que nos toca.
También me interesan mucho los temas de salud mental, porque hay una enorme cantidad de personas las que viven, y vivimos, teniendo que lidiar con nuestras emociones. Es una tarea obligada revisarlo en nosotros, cómo estamos mental y emocionalmente, porque eso determina nuestra relación con los demás, a quienes tenemos que cuidar y a nuestras relaciones personales. Desde la pandemia es algo que se acentuado y, por lo menos, yo lo oigo hablar más”, expresó Marina de Tavira en entrevista con Excélsior.
En Consentimiento, escrita por Nina Raine y dirigida por Enrique Singer, estará nuevamente acompañada por Juan Manuel Bernal, Arturo Barba, Daniela Schmidt, Alfonso Borbolla, Adriana Llabrés y Jana Raluy.
La obra aborda la historia de una mujer, Gina, quien declaró que fue violada la noche del funeral de su hermana, mientras el acusado sostuvo que ella dio su consentimiento.
El caso se discute en una reunión entre Max (Juan Manuel Bernal), el abogado defensor del caso, su esposa Karen (Marina de Tavira) y los amigos de ambos, Alex y Rita, quienes se están separando. Es tan sólo la premisa para cimbrar lo que vendrá.
Max y Katty le presentan a Toni, el fiscal del mismo caso, a la actriz Sandra, quien, a su vez, está estudiando para interpretar a Medea. Tras este encuentro, todas las relaciones cambian, principalmente la de Max y Karen, quien después de una tensa discusión acusa a su infiel marido de haberla violado.
Es así como surge la reflexión acerca del consentimiento y de la justicia.
Actuar en el Teatro de la Ciudad Esperanza Iris es como un sueño que alguna vez tuve y de pronto sucedió. Es un gran una gran emoción volver a reunir a un grupo que se había desperdigado después de la última función. El teatro nos vuelve a reunir. Se ha hecho una familia digna de celebrarse.
Despedimos esta obra después de un tiempo de una temporada exitosa y luego de que hemos dejado que repose dentro de nosotros. Es una obra que habla sobre el sistema, sobre las personas, pero, sobre todo, sobre las personas que hacen el sistema.
Si las personas no somos capaces de ser empáticos y de reconocer nuestros errores, de pedir perdón, nunca podremos crear un sistema justo. El sistema seguirá fallando una y otra vez, porque el sistema no vive por sí mismo, lo hacen las personas. Eso es lo que hay debajo de varias líneas”, señaló.
No sólo la justicia es un tema que se pone sobre el escenario, sino la violencia de género, por lo que no sólo es una historia incómoda, sino una que plantea cuestionamientos más que
respuestas.
No la podemos dejar de señalar. La violencia de género es responsabilidad de todos y de todas. Es el sistema machista y patriarcal lo hemos construido mujeres y hombres, y afecta también a los hombres y a las mujeres. Evidentemente a las mujeres las deja en una devastación terrible. Aquellos a quienes el sistema les obliga a ejercer la violencia, porque no les da otra opción, eso también es violencia de un sistema patriarcal y machista.
Creo que este es el momento de revisarlo. Estamos en una coyuntura muy especial, que nos da oportunidad para recordar que no podemos dejar de pensar en este asunto. Nos tenemos que preguntar si vamos a ser capaces de construir un sistema, como personas, que garantice y pueda procurar una vida segura, digna y libre para todos, todas y todes”,
afirmó.
Consentimiento también cuestiona si es pertinente el perdón y hasta qué punto.
Quizás se puede perdonar, pero también hay cosas que no pueden volver a ser igual. Tenemos que ser otros”, dijo.
MÁS ADELANTE EN TEATRO
Enrique Singer, director de Consentimiento, reveló a Excélsior que el próximo proyecto de Incidente Teatro será una obra inglesa llamada La niña en el altar, acerca del mito del sacrificio de Ifigenia por su padre, Agamenón, y la venganza de Clitemnestra, su madre. Está planeada para el primer trimestre del siguiente año y en ella, Marina de Tavira interpretará a Clitemnestra, para hablar del poder y la venganza.
Más adelante, como productora teatral proyectan un monólogo acerca de Antígona, también protagonizada por la actriz, que sería dirigida por Sandra Félix.
AGRADECIDA CON TINA GALINDO
Marina de Tavira recordó a la productora y empresaria Tina Galindo (1945-2024), con quien compartió la obra Blindness (Ceguera), que fue una adaptación de la novela Ensayo sobre la ceguera, de 1995, del escritor portugués José Saramago. Se presentó en el Teatro de los Insurgentes en 2021 y fue una experiencia narrativa, sonora y luminosa; una instalación diseñada con “distancia social” debido a la pandemia por covid-19.
Fue en el momento del confinamiento, cuando estaban cerrados los teatros y abrimos el Teatro de los Insurgentes, ella nos abrió las puertas del teatro para este proyecto tan especial, que implicaba imaginar formas distintas de hacerlo: El público se subió al escenario, yo como actriz no estaba presente y ella estuvo dispuesta. Fue de enorme emoción que, de pronto, la gente con su tapabocas regresara y se abrieran las puertas.
Siempre voy a estar agradecida con Tina Galindo y, por supuesto, con Claudio Carrera, por este proyecto. Siento mucho su partida. Es una mujer a la que tenemos mucho que agradecer los mexicanos y las mexicanas de nuestro teatro. Además, fue una persona muy cariñosa. El abrazo que nos dimos en el estreno, me lo guardo para siempre.
Es un ejemplo a seguir. Siento que todos los puestos y logros que vamos logrando las siguientes generaciones de mujeres, siempre se los debemos a otras mujeres. En ese sentido, Tina es una mujer que nos ha dado un ejemplo a todas las mujeres que nos dedicamos al teatro. Abrió brecha. Que vuele alto”, acotó.