La tasa de crecimiento económico para México retrocedió ligeramente 0.3 puntos porcentuales (pp), para llegar un crecimiento en 2024 del 2.4 por ciento, de acuerdo con la actualización de las perspectivas de la economía mundial publicabas por el Fondo Monetario Internacional (FMI), asegurando que se debe, entre otros factores globales, por una contracción del sector manufacturero, desde el 3.2% de 2023.
En tanto, la economía global crecerá 3.2% este año y otro tanto el que viene, muestra de una “extraordinaria resiliencia”, con una mejora en países desarrollados como Estados Unidos y en mercados emergentes como India y Brasil, pronosticó este martes el FMI. La actualización de las perspectivas de la economía mundial incluye pocos cambios respecto a la anterior, publicada en enero.
“Ciertamente hay diferencias de una región a otra, pero a pesar de las previsiones pesimistas, la economía resiste y la inflación se acerca al objetivo”, declaró a periodistas el economista jefe del Fondo Monetario Internacional, Pierre-Olivier Gourinchas.
“El camino ha sido accidentado”, por problemas en la cadena de suministro, una guerra en Ucrania que desencadenó una crisis energética y alimentaria y una subida de la inflación, seguida de un aumento de las tasas de interés, explica el FMI. Pero “pese a muchas predicciones sombrías, el mundo evitó la recesión”, añade.
Y es que a pesar de unas tasas altas y una inflación que varía de un país a otro —cercana al objetivo en Europa, baja en China, pero aún demasiado alta en Estados Unidos—, la economía mundial no flaquea, gracias en parte a la solidez del empleo y el consumo.Es el caso de la mayor economía mundial, Estados Unidos, que crecerá 2.7% este año, en comparación con el 2.1% anticipado hace tres meses.
“Hemos asistido a un considerable aumento tanto del empleo como de la productividad, a una fuerte demanda de los consumidores y del gasto público”, explicó Gourinchas.
Esta tendencia no se refleja en las demás economías avanzadas, en particular en la zona euro, donde el crecimiento, ya de por sí débil, ha sido revisado ligeramente a la baja hasta el 0.8% (-0.1 pp) debido a la fragilidad de las dos principales economías de la región: Alemania y Francia. España es una de las pocas excepciones, con una subida de 0.4 pp, hasta el 1.9%.
Entre las economías emergentes, India y Brasil son las más afortunadas. La demanda interna y el aumento de la población económicamente activa aúpan a India entre los países con más crecimiento del mundo: 6.8%. El crecimiento en Brasil (2,2%, +0.5 pp sobre la previsión anterior) sería inferior al de 2023, debido a los efectos del ajuste monetario y la consolidación presupuestaria en curso, pero mejora sobre el dato de enero.
Las previsiones económicas del FMI para el resto de la región este año varían considerablemente: Bolivia crecerá 1.6%, Colombia 1.1%, Ecuador 0.1%, Paraguay 3.8%, Perú 2.5%, Uruguay 3.7% y Venezuela 4%. Centroamérica progresará por su parte 3.9% y el Caribe 9.7%.
Para Argentina, la organización financiera mantiene su previsión de enero: el PIB se contraerá 2.8% este año en medio del ajuste fiscal llevado a cabo por el gobierno del presidente ultraliberal Javier Milei, en un intento por restablecer la estabilidad macroeconómica. El pronóstico para la inflación argentina es igual de pésimo. La organización proyecta que roce el 250% este año para bajar hasta casi 60% en 2025.
Tampoco cambian las previsiones para China, con un crecimiento esperado del 4.6% este año, señal de que la desaceleración de su economía continúa.
“Las debilidades observadas desde el año pasado son persistentes. Hay algunas preocupaciones debido al bajo consumo interno y debemos esperar que la actividad se mantenga moderada durante algún tiempo”, subrayó Gourinchas.
Al igual que en 2023, la economía rusa se mantiene sólida este año con una expansión proyectada de 3,2% (+0,6 pp sobre enero) pese a las sanciones internacionales. Rusia mantiene su maquinaria aceitada debido a la inversión pública en gasto militar para financiar la guerra en Ucrania. El optimismo del FMI es a corto plazo. Para más adelante los pronósticos mundiales no son boyantes.
Las perspectivas están “por debajo del promedio anual histórico” de 2000 a 2019 del 3.8%”, lo cual refleja “políticas monetarias restrictivas y retiradas de apoyo fiscal, así como una baja productividad subyacente”, se lee en el informe conocido como WEO (World Economic Outlook), que el FMI difunde al comenzar sus asambleas esta semana en Washington.
Y a mediano plazo, en producción y comercio, las previsiones siguen siendo las “más bajas en décadas”.