El expresidente reclama convertir los centros en fortalezas y armar a los profesores en la convención de la Asociación Nacional del Rifle
La poderosa Asociación Nacional del Rifle (ANR), con cinco millones de miembros, publicaba recientemente en sus redes sociales un meme en el que aparecía un frasco de medicinas con una etiqueta en la que se leía “píldoras difíciles de tragar”. Debajo de la imagen, el detalle de una pastilla con lo que la organización considera una verdad incontestable: el AR-15 es el rifle de autodefensa más usado en Estados Unidos. La publicación fue colgada tres días antes de que un joven de 18 años entrara con un arma de este tipo en una escuela del pueblo de Uvalde, en Texas, y matara a 19 niños y a dos profesoras. La imagen, que ha cobrado desde entonces otro significado, seguía ahí el viernes, el día en que la ANR inauguraba su convención anual en ese mismo Estado, con la peor matanza escolar en una década como telón de fondo.
El expresidente Donald Trump era anoche la estrella más esperada en el escenario en Houston, a 400 kilómetros de Uvalde, y en una fecha que coincidía con el Memorial Day, que recuerda a los militares caídos en combate. Ante un público entregado, compuesto en su mayoría por hombres blancos y mayores, Trump exhibió su discurso más duro en favor de las armas. Según su visión, la solución frente a tragedias como la de Uvalde no es prohibirlas, sino armarse más: convertir a los colegios en fortalezas con una sola entrada y armar también a los profesores. “No hay señal más atractiva para un asesino en masa que un cartel que declare una zona libre de armas. (…) Eso es un desastre total. Miran ese sitio y dicen: ‘Ahí es donde voy a ir’. Como dice el viejo refrán, lo único que detiene a un tipo malo con un arma es un tipo bueno con un arma”, dijo el político, evitando referirse a las críticas que se acumulan por el tiempo que tardó la policía en reaccionar en Uvalde. Antes de comenzar su discurso, el exmandatario leyó los nombres de las 21 víctimas de la tragedia.
“La existencia del mal en nuestro mundo no es una razón para desarmar a los ciudadanos respetuosos de la ley. La existencia del mal es una de las mejores razones para armar a los ciudadanos respetuosos de la ley”, insistió en esa línea.
Trump, quien pidió a los presentes ayudar a los republicanos a recuperar el Congreso en las elecciones de noviembre, reclamó fondos multimillonarios “para establecer rápidamente una seguridad impenetrable en todas las escuelas del país”. “Las escuelas del centro de las ciudades rara vez sufren este tipo de tiroteos masivos. (…) La razón es que, durante décadas, han tenido medidas de seguridad mucho más fuertes, incluyendo detectores de metales y, sí, guardias armados. ¿Qué impide a los demócratas aprobar inmediatamente medidas para aumentar la seguridad en las escuelas? ¿Cuántas tragedias más serán necesarias hasta que acepten dejar de lado su agenda política de extrema izquierda y vean lo que realmente se necesita y lo que realmente funciona?”, lanzó desafiante.“Si Estados Unidos tiene 40.000 millones de dólares para enviar a Ucrania, deberíamos ser capaces de hacer lo que sea necesario para mantener a nuestros hijos a salvo en casa”, desatacó, provocando una enorme ovación. “Gastamos miles de millones en Irak y Afganistán, y no logramos nada. Antes de construir una nación en el resto del mundo, deberíamos construir escuelas seguras para nuestros propios niños en nuestra propia nación”, añadió.
La presencia de Trump en el mayor congreso de armas, con una tragedia tan fresca de fondo, provocó momentos de tensión. Un numeroso grupo de manifestantes se reunió en un parque frente al centro de convenciones de Houston para repudiar a la organización y exigir mayores controles a la venta de armas. Entre los líderes de la protesta estaba David Hogg, el estudiante que sobrevivió a la matanza escolar de Parkland (Miami) en 2018. “Esta vez será diferente, lo prometo. Hace cuatro años comenzamos la batalla y no nos iremos a ningún lado. La NRA está en el momento más débil de su historia. Su enemigo es la violencia armada. La gente que está allí adentro, que son dueños de armas y que no están necesariamente de acuerdo con todo lo que cree la ANR, tienen que entender que son cómplices si no alzan la voz”, dijo el activista.
Beto O’Rourke, el aspirante demócrata al Gobierno de Texas, también dio un mensaje días después de quejarse ante el actual gobernador, Greg Abbott. “A los asistentes a la convención les extendemos nuestra mano, desarmada… El tiempo para responder y unirse a nosotros es ahora. No podemos esperarlos más. Las víctimas de la próxima matanza, a menos que actuemos, cuentan con nosotros ahora mismo”, dijo el exalcalde de El Paso, una comunidad que sufrió un atentado racista en 2019 que causó 23 muertos.
Dos de los sindicatos de profesores más grandes del país también se sumaron a las protestas. La Federación Americana de Profesores y la Asociación Nacional de Educación cargaron contra la ANR, que considera que la respuesta ante los tiroteos es armar a los educadores o reforzar el calibre de las armas que tienen los guardas de los colegios.
Abbey Clements, una profesora con más de 30 años de experiencia, y superviviente de la matanza de la escuela elemental de Sandy Hook en 2012 (26 víctimas), dijo que carga con el peso de haber sido testigo de lo sucedido y que todos los días teme que se repita. “Los niños traen la violencia armada a las aulas todos los días: violencia doméstica, amenazas. En sus historias está la pobreza, la inmigración de sus padres, la marginación. Y pese a todo esto, se les facilita el acceso a las armas. Tenemos que hacer mucho más para que las escuelas sean más seguras para todos”, manifestó.
La regulación laxa de Texas
Texas es uno de los Estados con regulaciones de armas más laxas del país, donde prima la política del open carry, que quiere decir que cualquier mayor de 21 años puede portar un arma por la calle. A pesar de ello, las pistolas y rifles estaban prohibidos durante el discurso de Trump por los protocolos de seguridad del servicio secreto. Los cuchillos también tuvieron que dejarse en el guardarropa para escuchar al orador principal.
El Estado de Texas es un referente para los simpatizantes de la Segunda Enmienda porque ha legislado en contra de cualquier tipo de regulación de las armas. Uno de los artífices de ello es el gobernador Greg Abbott, otra de las personalidades invitadas a la conferencia, junto a la plana mayor de su partido, el republicano. Sin embargo, Abbott, que se juega la reelección en noviembre, canceló a última hora su participación y viajó a Uvalde, el pueblo donde se produjo la matanza, que se debate entre el dolor y las críticas a la respuesta policial ante el tirador, quien estuvo al menos 80 minutos dentro de la escuela antes de que llegara un equipo táctico a abatirlo.
La cancelación de Abbott quitó un poco de lustre a la reunión de la organización, que vive sus horas más bajas al enfrentar juicios por evasión y fraude fiscal. Otros dos legisladores de Texas, pero de ámbito nacional, también anularon su participación a última hora. Uno de ellos es Dan Crenshaw, un congresista veterano de guerra que fue integrante del cuerpo de élite de los SEAL de la Armada en Afganistán. Reconocible por su parche sobre el ojo izquierdo, que perdió en combate en su tercer viaje al país asiático, el legislador informó el miércoles de que su agenda había cambiado y que debía viajar a Ucrania, por lo que no estaría de vuelta a tiempo. El senador John Cornyn también alegó problemas de agenda.
La conferencia también perdió fuerza en su evento de soft power, la parte cultural. Don McLean, el cantautor del popular tema American Pie, canceló su concierto tras reconocer directamente que tocar en momentos como estos sería “irrespetuoso y dañino”. El cantante de country Lee Greenwood, que compuso una canción que suele servir de banda sonora para muchos de los mítines de Trump, también se excusó. “Después de pensarlo mucho, hemos decidido cancelar nuestro concierto, en una muestra de respeto a todos aquellos que están en duelo por la pérdida de niños inocentes y profesoras de Uvalde”, escribió en un comunicado el autor de Dios ama a EE UU.
Un paso más allá dio el músico Larry Gatlin, integrante del popular trío Gatlin Brothers y originario de Texas. A diferencia de los otros artistas, Gatlin sí reconoció que está a favor de una regulación mínima de las armas. “Aunque la revisión de antecedentes no frenará a cualquier lunático con un arma, creo que es lo mínimo para tratar de prevenir tragedias como la que vivimos esta semana en Uvalde”, afirmó el músico en un comunicado. Su propuesta, similar a la que hacen los demócratas, cuenta con el unánime repudio de la mayoría de republicanos y de la propia ANR.