El presidente Emmanuel Macron responsabilizó a los padres, a las grandes plataformas de redes sociales como TikTok y Snapchat, y a los videojuegos de incitar la violencia en las calles de Francia tras el asesinato de un joven de 17 años a manos de un policía, y exigió que las plataformas sociales deberían cooperar con las autoridades francesas para calmar la violencia que estalló esta semana.
Citando a ambas redes sociales, dijo que ayudan a los alborotadores a organizarse, pero también contribuyeron a “imitar” el comportamiento de algunos jóvenes, que repetían lo que veían en línea y perdían la noción de la realidad.
“Las plataformas de redes sociales juegan un papel importante en los eventos de los últimos días”, dijo Macron en declaraciones televisadas desde una reunión de emergencia del gobierno. “A veces parece que algunos de ellos reviven en las calles los videojuegos que los han intoxicado”, dijo.
Añadió que el gobierno trabajará con las redes sociales para retirar “los tipos de contenido más sensibles” y está pidiendo a las empresas de redes sociales que revelen a las autoridades francesas las identidades de “aquellos que usan estas redes sociales para llamar al desorden y promover la violencia”.
“Está claro que el contexto deriva de grupos organizados, violentos y equipados (…), pero también de muchos jóvenes”, dijo Macron, asegurando que un tercio de las personas detenidas el jueves por la noche corresponden a este segundo grupo “a veces son muy jóvenes [..] “Es responsabilidad de los padres que se queden en casa”, añadió el mandatario al término de una reunión interministerial convocada de urgencia.
El Ministerio del Interior, que ha confirmado 875 detenciones en la última jornada de protestas, prevé destinar “medios adicionales” para contener los disturbios, según Macron, que ha anunciado además la anulación de eventos en las zonas que puedan ser consideradas “más sensibles”. La Policía de Marsella ya ha anulado las protestas que puedan convocarse este viernes por la noche.
El presidente no ha aludido sin embargo a la posible declaración del estado de emergencia, como le reclama la oposición conservadora, pese a que la primera ministra, Élisabeth Borne, había planteado horas antes que “todas las hipótesis” están abiertas tras ser interrogada específicamente sobre esta cuestión.
Macron condenó “con la máxima firmeza” a quienes, a su juicio, quieren “utilizar” el momento para “crear desórdenes y atacar a las instituciones”. Así, consideró que las dos últimas noches Francia ha vivido situaciones que son “absolutamente inaceptables e injustificables”.
También ha cuestionado el papel de las próximas horas, prometiendo que “en las próximas horas” se requerirá a retirada de “los contenidos más sensibles” y pidiendo la identificación de quienes utilizan estas redes “para llamar al desorden o exacerbar la violencia” que afecta a distintas ciudades de Francia desde la muerte el martes de Nahel, que recibió un disparo en un control policial.