Cada vez son más los quintanarroenses que se declararon sin religión o ateos, principalmente entre los jóvenes.
La cantidad de iglesias, templos y centros religiosos continúa creciendo a un ritmo acelerado en Quintana Roo. Sin embargo, cada vez menos hay menos fieles, principalmente entre los jóvenes.
La información obtenida a través de Transparencia reportó la existencia de 3,432 centros religiosos, entre iglesias católicas y templos en 2022, una cifra que supera por 391 a los registrados antes de la pandemia del Covid-19, en el 2019.
Cancún encabeza la lista con la mayor cantidad de estos sitios, alcanzando los 1,182. Le siguen Playa del Carmen, con 721 y Chetumal, con 51.
La mayoría de las nuevas congregaciones se instalaron en la periferia de las grandes ciudades o en zonas como Bacalar, Tulum y Puerto Morelos, las cuales han registrado en el último lustro una alta tasa de inmigración por parte de personas provenientes de otras entidades buscando una mejor calidad de vida en el Caribe mexicano.
Jóvenes en Quintana Roo se declaran ateos o sin religión
Esto se explica con el cambio de dogmas en los diferentes grupos poblacionales de la entidad: los registros del Instituto Nacional de Estadística y Geografía revelan que cada vez son más los quintanarroenses que se declararon como ateos y por tanto no profesan ninguna religión.
En 2012 sólo un 7% de la población aseguraba no creer en ningún dios, o su lo hacía rechazaba formar parte de cualquier culto; pero casi 10 años después este porcentaje aumentó hasta el 24%.
Y siete de cada 10 de estos ateos son jóvenes de entre 18 y 29 años de edad.
Católicos son mayoría en Quintana Roo
Por otra parte, los mayores de 34 años se mantienen como los más fervorosos. Y son de este grupo de edad los que más llegan a la entidad asentándose en las colonias irregulares ubicadas en los alrededores de las manchas urbanas. Y es aquí donde los templos e iglesias están creciendo.
La religión católica sigue acaparando a quienes buscan respuestas más allá de la fe, con 56% de la población. El resto se divide entre las otras confesiones.