Ana García, esposa del expresidente de Honduras Juan Orlando Hernández (2014-2022), declarado culpable en Nueva York por tres delitos de narcotráfico, calificó de “arbitraria” y “otra injusticia más” la decisión de un juez federal de rechazar la petición de su esposo para obtener un nuevo juicio.
“¡Injusticia! ¡Otra injusticia más!. Mediante una decisión arbitraría el juez (Kevin) Castel denegó la petición de la defensa de @JuanOrlandoH para la repetición del juicio, a pesar que está claro que la experta de la DEA (Jennifer Taul) mintió en su testimonio y quedó evidenciado con los múltiples informes que presentó la defensa”, indicó García en X.
Señaló que esos informes “son utilizados por el mismo gobierno de los Estados Unidos para certificar los resultados de la lucha contra el narcotráfico en Honduras y otros países de la región”.
Hernández, de 55 años, está detenido en la cárcel federal del condado de Brooklyn, desde que fue extraditado a Estados Unidos el 21 de abril del 2022.
Según un juez federal de Nueva York que rechazó la moción presentada por Hernández para que se celebre un nuevo juicio, el propio expresidente trató de utilizar la supuesta baza de que Taul mintió en el juicio penal en el fue culpado de trabajar con narcotraficantes respaldados por cárteles para transportar cocaína a través de Honduras con destino principalmente a Estados Unidos.
Taul defendió en el juicio que el tráfico de cocaína a través de Honduras aumentó durante los dos mandatos de Hernández, quien por su parte argumentó que en realidad disminuyó, utilizando como fuente a un profesor del Trinity College que aseguraba que la cantidad de esta droga desde Honduras a Estados Unidos cayó en un 82 por ciento bajo su Gobierno.
El juez federal de distrito P. Kevin Castel puso en duda esa afirmación y aclaró que Hernández fue condenado por conspirar con el narco “independientemente de si el tráfico total de cocaína en Honduras aumentó o disminuyó” mientras él era presidente.
“La evidencia de que el tráfico de cocaína a través de Honduras en conjunto disminuyó durante la administración de Hernández solamente sería relevante para demostrar que el expresidente promulgó políticas antinarcóticos”, esgrimió.
En su moción, Hernández también se escudó en que Manhattan (Nueva York) no era el lugar adecuado para juzgar su caso, sino el distrito Sur de Florida, pues él aterrizó por primera vez en Fort Lauderdale luego de haber sido enviado desde Tegucigalpa.
Castel también desestimó este argumento al señalar que el tiempo que Hernández pasó en el sur de Florida equivalía a una escala de media hora en ruta a un aeropuerto de Nueva York, que conocía la parada y nunca antes se opuso al lugar elegido.