En un partido complicado por la lluvia, La Máquina le igualó a Puebla en el tiempo de compensación

Cruz Azul rozó una derrota inmerecida. Sí, porque La Máquina fue muy superior a Puebla durante los 90 minutos en una cancha destrozada por la lluvia, pero el conjunto de Siboldi no tuvo la contundencia de otras

ocasiones y como castigo, en una de las pocas acciones que generó el local, se vio rebasado en el marcador. Hasta ahí la misma historia cruzazulina de siempre.
Pero algo tiene este conjunto de Robert Dante Siboldi que se niega a caer. Aunque ese invicto de 16 partidos (entre el Clausura, el Torneo por México y el arranque del Guard1nes) solo servirá como una mera anécdota más adelante, lo cierto es que refleja un renacido pundonor. Anoche La Máquina batalló, mordió y sufrió para sacar el empate 1-1. Sí, un punto que sabrá más en el ánimo de la plantilla de lo que se reflejará en la tabla.
LLUEVE POR TODOS LADOS
Para Cruz Azul no fue una semana sencilla. La zozobra ha invadido a la directiva por los problemas legales de Guillermo Alvarez Cuevas; incluso, como muestra de unión, la plantilla y cuerpo técnico mostraron una manta de apoyo a su presidente antes del partido contra La Franja.
Y justo en el arranque del partido se desató una tormenta que encharcó la cancha del Cuauhtémoc. El fútbol se hizo imposible bajo estas condiciones porque la pelota se atoraba en cada charco y los resbalones sucedían uno tras otro. Ninguno de los dos equipos podía lucir.
Puebla lo entendió y se agazapó en defensa, mientras que Cruz Azul trató de hilvanar alguna jugada de peligro que le diera ventaja. Y estuvo muy cerca con Milton Caraglio, quien primero probó de larga distancia, pero solo para comprobar que Vikonis había salido en una gran noche. Minutos después el argentino tuvo otra en el área que le sacó meta el uruguayo.
Ya en el segundo tiempo, en una descolgada poblana llegó el gol de Pablo González y de ahí la desesperación celeste que lo intentó de todas las formas, incluso con una soberbia doble atajada de Vikonis a Misael Domínguez.
Parecía que hasta aquí llegaba el invicto celeste, pero ya en tiempo de compensación, en una de las tantas bolas que quedaron en los linderos del área, Orbelín Pineda le pegó con convicción para rescatar el orgullo del Cruz Azul de Siboldi

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