México.- La industria editorial en México, pierde cerca de 12 mil millones de pesos anuales a causa de la piratería, afirma Quetzalli de la Concha, presidenta del Centro Mexicano de Protección y Fomento de los Derechos de Autor (CeMPro).

También, detalló que el creciente consumo de libros y música en formatos digitales ha abierto la puerta a problemas graves de ciberseguridad.

“Hay que tener en cuenta una regla de oro y es que en internet nada es gratis, todo tiene un precio directo o indirecto, declarado o no”.

Ante ello, recordó que un usuario de internet y redes sociales puede recibir el anuncio de un sitio web no oficial, en el que se ofrecen libros gratuitos de literatura latinoamericana o de algunos clásicos.

Mencionó que el sitio te enganchan para que ingreses y te convertirás en un número más de tránsito que redituará, al pirata digital, la posibilidad de vender espacios publicitarios, pues a mayor número de usuarios, mejor precio por sus espacios”.

Añadió, que después el usuario pasa al siguiente nivel y consiste en llenar un formulario con los datos para recibir novedades.

“Ahí es donde obtienen tus datos personales, pese a que el Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales (Inai) explica que son nuestro patrimonio individual.

Esa información, se trafican como bases de datos y pueden llegar a manos de un vendedor o ser la puerta de entrada de un defraudador, indicó.

Después viene el siguiente nivel: “y es cuando descargas el libro que te interesa. Entonces abres tu casa a través de la computadora o de tu dispositivo celular, ya que son el repositorio de tu vida personal, de tu vida social y laboral; es como abrirle a un desconocido la casa para que se dé una vuelta y vea qué le interesa”.

Comentó que mediante esa ventana se abre el hackeo de tu equipo de cómputo y brindas acceso a datos sensibles y bancarios, posibilitando la realización de algún fraude o suplantación de identidad, lo cual es gravísimo, alertó.

De la Concha, agregó que la piratería del libro impreso no es tan barata como se cree, por lo que el consumidor no debería utilizar el argumento del ahorro, ya que la reducción del precio entre un pirata y un original es de 20 a 30 pesos, pero sí es un negocio redondo, ya que no paga editor, diseñador, formador, autor ni impuestos.

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