El mes pasado, Kurt Cobain y Nirvana volvieron a aparecer en los titulares. El 5 de abril marcó el aniversario 27 de la muerte de Cobain, por lo que se puso en el mercado una NFT de su última sesión de fotos. Nirvana, como grupo, recibió una demanda por infracción de derechos de autor, por el presunto uso no autorizado de una ilustración de 1949 en su mercancía. Como se anunció esta semana, seis mechones del cabello de Cobain, cortados en 1989, serán parte de una subasta de recuerdos de rock.

Y ahora sobre su expediente del FBI.

Periódicamente, el FBI hace públicos algunos de sus archivos sobre políticos, artistas y otros nombres reconocidos. Y silenciosamente, el mes pasado —por razones que la agencia no ha comentado—  el FBI sacó su archivo sobre Cobain y lo puso a disposición por primera vez, poco después de haber hecho lo mismo con los papeles del difunto jefe de la mafia, Vito Genovese.

La otra carta, también de un autor bloqueado pero escrita a mano, data de 2007. «Los policías que se hicieron cargo del caso nunca fueron muy serios en investigarlo como un asesinato, sino desde el principio insistieron en que se trataba de un suicidio», se lee en una parte. «Esto me molesta más porque su asesino todavía está ahí fuera». El escritor también cita supuestas pruebas («no habían huellas en la pistola con la que supuestamente se disparó») y afirma que, en la nota de Cobain, «no mencionó nada sobre el deseo de morir, excepto la parte que fue escrita con otra letra y parecía haber sido añadida al final».

Las respuestas del FBI a las cartas, enviadas por diferentes funcionarios, pero casi idénticas en redacción, también se encuentran en el archivo. «Apreciamos su preocupación de que el Sr. Cobain pudiera haber sido víctima de un homicidio», se lee. «Sin embargo, la mayoría de las investigaciones de homicidio generalmente se encuentran dentro de la jurisdicción de las autoridades estatales o locales». Las respuestas continúan diciendo que «hechos específicos» sobre «una violación de la ley federal» se hubieran presentado para que se les diera seguimiento, pero con base en estas cartas, «no podemos identificar ninguna violación de la ley federal dentro de la jurisdicción de investigación del FBI». Con eso, la agencia dijo que dejaría de llevar a cabo cualquier investigación.

Asimismo, parte del expediente es una respuesta similar de una carta enviada a la entonces general fiscal, Janet Reno, en el 2000. Aunque en ese caso, la correspondencia que desencadenó la respuesta no está incluida.

Aún más extraño, las páginas publicadas también incluyen partes de un fax de enero de 1997, enviado a las oficinas del FBI de Los Ángeles y D.C. (así como a varios ejecutivos de NBC), proveniente de Producciones Cosgrove/Meurer, la compañía de documentales de Los Ángeles, propietaria de la serie de larga duración, Unsolved Mysteries (en español, Misterios Sin Resolver). Esas páginas publicadas incluyen un resumen de un párrafo acerca de las teorías de conspiración sobre el caso que involucra a «Tom Grant, un investigador privado y exdiputado del alguacil del condado de Los Ángeles» y sus sospechas de que el dictámen del suicidio fue «un juicio apresurado». La hoja informativa afirma que Grant «ha encontrado una serie de inconsistencias, incluidas las preguntas sobre la presunta nota de suicidio», que Grant creía que era «una carta de retiro para los fanáticos de Cobain».

El cofundador de CMP, Terry Meurer, no recuerda mucho sobre la solicitud original, pero Unsolved Mysteries recientemente emitió un episodio que aborda estas teorías en 2008. «Nos comunicamos con el FBI para obtener varias historias e intentamos obtener información sobre ellas», dice Meurer. «Todavía hacemos eso, justamente ayer estábamos hablando con el FBI sobre una solicitud. Estamos en constante contacto con ellos. Así que esa fue una comunicación típica».

Respecto a la prensa, el FBI no respondió a una pregunta de Rolling Stone sobre el momento de la publicación. Pero con la liberación del archivo, Cobain se une a una curiosa lista de músicos que han sido objeto de vigilancia o investigaciones del FBI. Incluye a Notorious B.I.G. (los archivos incluyen más de 300 páginas sobre su asesinato, aunque el caso se cerró en 2005), The Monkees (por «mensajes subliminales» antiamericanos, incorporados en sus conciertos de la década de los años sesenta en forma de montajes de video), Robin Gibb de Bee Gees (un telegrama «potencialmente amenazante», supuestamente firmado por Gibb y enviado al bufete de abogados que representaba a su entonces esposa en el proceso de divorcio) y John Denver (por supuestas amenazas de muerte, hechas contra él en 1979).

El archivo de Cobain puede ser menos lascivo, pero es un recordatorio de que el interés del FBI en recopilar archivos sobre músicos, no se detuvo durante la era del rock clásico: el ícono de la Generación X también tenía su lado alternativo.

 

De RS USA

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