Diversas organizaciones civiles pidieron ayuda a la Organización de Naciones Unidas (ONU) para que se reconozca que México atraviesa por un “conflicto interno”, debido a un notable aumento de la violencia. Tras la petición, el presidente Andrés Manuel López Obrador aseguró que en su país existe “gobernabilidad” y apeló a la calma. En la última semana, estallaron enfrentamientos entre grupos del crimen organizado que dejaron al menos once muertos.

La violencia escala en México y varias organizaciones civiles piden que se reconozca de manera formal que el país enfrenta un “conflicto interno”.

Con la mirada puesta en el creciente fenómeno, diversos grupos de activistas enviaron el lunes 15 de agosto una carta a la Organización de Naciones Unidas (ONU), a la que pidieron su respaldo para tomar medidas urgentes.

“Si no llamamos las cosas por su nombre, si no tenemos el diagnóstico correcto, nunca va a ser un éxito la estrategia”, aseguró en una rueda de prensa el activista Bryan LeBaron, familiar del grupo de mormones, nueve mujeres y niños que fueron asesinados en el norte de México por un cartel de drogas, en un caso que conmovió al país en 2019.

Si bien la nación ha sido escenario de diversos enfrentamientos por cuenta del crimen organizado en los últimos años, los activistas señalan que la violencia mostró un repunte en las últimas semanas, hechos que califican de “terrorismo”.

“Los grupos armados ilícitamente que se oponen y confrontan con el Estado mexicano se han diversificado, han ido incrementando con el tiempo su poder armamentista, económico y social, y se han apoderado de gran parte del territorio que comprende la nación, pues según lo reportado en el estudio realizado por Congressional Research Service entre 30 % y 35 % es un ‘espacio no gobernado’, es decir, ausencia del estado de derecho mexicano”, señalaron los activistas en la misiva dirigida a la ONU.

Los representantes de diversas organizaciones civiles, como Madres Buscadoras de Sonora, insistieron en que si el Estado mexicano reconoce la existencia de un conflicto interno, sería posible que se materialicen los objetivos de la ONU y que “acompañe, promueva, vigile y coopere para que los grupos armados ilícitos sean juzgados (…) para alcanzar la estabilidad interna y evitar mayores pérdidas humanas”.

Gobierno mexicano rechaza existencia de “terrorismo” y pide no magnificar los hechos

Tras la petición, el presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador (AMLO) hizo un llamado a la calma y señaló que existe un interés por “magnificar” los hechos.

“Decirle al pueblo de México que esté tranquilo, que hay gobernabilidad y estabilidad. Nuestros rivales conservadores tienen interés en magnificar las cosas y hacer periodismo sensacionalista”, sostuvo el mandatario en una rueda de prensa.

El presidente atribuyó a “propaganda criminal” una serie de ataques contra civiles y comercios perpetrados en la última semana en varios estados del país, con un saldo de al menos once personas muertas.

“A medida que avanza la estrategia de seguridad con buenos resultados, las organizaciones (criminales) buscan formas de distraer a las fuerzas de seguridad para que tengan que intervenir en una situación mientras pueden (cometer delitos) o cuando están debilitadas, quieren sentir que todavía son fuertes, por lo que crean situaciones violentas”, aseguró López Obrador.

Por su parte, el secretario de Gobernación, Adán Augusto López enfatizó que no se trata de atentados terroristas, como denuncian los activistas. “No hay que magnificar los hechos, no debe de verse más allá de la propaganda”, indicó.

La más reciente ola de violencia que dispara las alarmas en México

Durante la semana pasada, una serie de ataques contra civiles y comercios ha sido perpetrada en varios estados.

Los hechos tuvieron lugar entre el martes 9 y el viernes 12 de agosto, en los estados de Jalisco (oeste), Guanajuato (centro), Chihuahua, Baja California (norte, fronterizos con Estados Unidos) y Michoacán (oeste).

Los incidentes más graves ocurrieron el jueves en Ciudad Juárez, en el estado Chihuahua, cuando dos reclusos fueron asesinados a disparos y 20 resultaron heridos en un motín que involucró a dos bandas rivales, según señaló el viceministro de Seguridad, Ricardo Mejía.

Ambos grupos estarían presuntamente ligados al cártel de Sinaloa, cuyo exdirigente, Joaquín “El Chapo” Guzmán, cumple cadena perpetua en Estados Unidos.

El incidente desató una escalada de atentados en esa urbe. A esos choques se sumó el asesinato de nueve civiles en diferentes ataques.

Posteriormente, “civiles inocentes fueron atacados como una especie de represalia” por una de las bandas, según declaró el presidente mexicano.

Dos mujeres murieron y otra persona resultó herida en un ataque a una tienda de alimentos, que fue incendiada junto a otros dos locales en Ciudad Juárez, ubicada justo al otro lado de la frontera con El Paso, Texas.

Hombres armados también mataron a cuatro empleados de una estación de radio local, incluido un presentador, en momentos en que participaban en un evento promocional afuera de una pizzería.

Dos días antes, en Jalisco, un operativo del Ejército contra presuntos capos del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) dejó un supuesto delincuente muerto, así como vehículos y dos docenas de locales incendiados en ese estado y el vecino Guanajuato.

“Las organizaciones criminales quieren sentirse fuertes y generan situaciones de violencia donde a manera de publicidad puedan estar mandando sus mensajes que aún son fuertes”, subrayó en otra rueda de prensa el secretario de Defensa, Luis Cresencio Sandoval.

El viernes también fueron incinerados vehículos de transporte público en las ciudades de Tijuana, Ensenada y Mexicali, en Baja California, mientras que el fin de semana se reportaron bloqueos de carreteras en Michoacán luego de la captura de 164 integrantes de un grupo de autodefensa.

Tras un fin de semana marcado por hechos violentos, las autoridades reportaron la detención de 3.630 personas e insistieron en rechazar la existencia de terrorismo en el territorio mexicano.

Expertos citados por la prensa local alertan que la intensa violencia y las últimas muestras de terror contra la población está desatando el miedo en el sector privado, lo que ha generado incluso el cierre de negocios en estados como Baja California.

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