La salud es uno de los pilares fundamentales del bienestar social, y en este sentido, la política pública en salud se vuelve clave para garantizar una atención adecuada para la población. Dentro de las políticas públicas de salud, una de las más importantes y que ha tomado mayor relevancia en los últimos años es la Política Nacional Farmacéutica (PNF).

La PNF es una estrategia que busca garantizar el acceso a medicamentos seguros, efectivos y de calidad para la población. En México, a pesar de que han existido ya varias iniciativas en este sentido, aún hay un camino por recorrer para que en nuestro país sea diseñada y adoptada una política farmacéutica efectiva y completa. Es necesario que se desarrolle una estrategia sólida que permita al país tener una oferta de medicamentos seguros y de calidad, así como una regulación que evite la venta de productos falsificados o que no cumplan con los estándares de calidad.

Para ello se deben de integrar actores de todos los sectores, que de forma plural aporten elementos para una PNF integral. Sí bien en algunas de las iniciativas de los últimos años se habló de la llamada “tripe hélice”: Autoridades/Academia/Industria; agregaría a las organizaciones de la sociedad civil (asociaciones de pacientes), pero es importante tener claro que estas organizaciones aún están en el proceso de maduración; existen asociaciones con diversos niveles de desarrollo en esta competencia, sin embargo, la mayoría recién empieza a desarrollar herramientas para incidir en la política pública.

La falta de una PNF en México ha generado una serie de problemas en el acceso a los medicamentos, tanto en términos de disponibilidad como de costos. Además, a pesar de reciente emisión de un documento por parte de COFEPRIS que teoriza respecto a la “Certidumbre Regulatorio” la efectiva implementación de la regulación es la que permitirá se reduzca la venta de medicamentos falsificados o de baja calidad en el mercado mexicano, lo que representa un riesgo para la salud de la población; además de garantizar que medicamentos innovadores y/o genéricos sean tratados siempre con reglas que garanticen transparencia y trazabilidad. Y de esta certidumbre regulatoria se pueden desprender, además, grandes oportunidades para la gestión de protocolos de investigación clínica que resulten en evidencia de eficacia y seguridad en población mexicana, sin mencionar el impacto de la derrama económica para el sistema nacional de salud.

Es importante mencionar que en otros países de la región se han implementado políticas nacionales farmacéuticas que han permitido el acceso a medicamentos de calidad a precios más accesibles. Entre los países que han implementado este tipo de políticas se encuentran: Argentina, Brasil, Perú, Chile, Colombia, Uruguay y Ecuador. Si bien es relevante hacer mención que estos esfuerzos se empezaron a materializar a inicios de la década del 2000, y que tenemos casos tan cercanos como el de Uruguay que la implementó en 2016, cada una de estás políticas tiene su propio enfoque, prioridades, alcances por lo que la que sea desarrollada para México debe de ser resultado del estado actual del sistema nacional de salud, necesidades, retos y la claridad de los objetivos que busque alcanzar esta politica, de ello que sea tan importante el trabajo multisectorial en este esfuerzo.

También es relevante reiterar que el concepto de una PNF no es tema nuevo en México, ya desde 2005 se han planteado iniciativas para su creación, las dos expresiones más recientes han sido en 2019, por parte de la Secretaría de salud de la CDMX, y en 2021 desde el propio Consejo de Salubridad General

En México, una política nacional farmacéutica permitirá la continuidad en el desarrollo de una industria farmacéutica establecida a nivel nacional, lo que no solo tendría un impacto en la salud de la población, sino también en la economía. Es fundamental destacar la importancia de contar con una industria farmacéutica sólida y autosuficiente en nuestro país, capaz de garantizar la cobertura de la demanda agregada de los sectores público y privados. Una industria fuerte no solo garantiza un suministro constante de medicamentos, sino que también puede generar una importante derrama económica.

Además, una industria farmacéutica autosuficiente en México podría ser un factor atractivo para la inversión extranjera en el sector. La producción local de medicamentos de alta calidad y la implementación de políticas sólidas en el sector farmacéutico podrían convertir a México en un centro de fabricación y distribución de medicamentos para toda la región de América Latina, así como para los Estados Unidos: esto es, podemos integrar el Nearshoring al modelo de negocios de la industria farmacéutica establecida en México.

La implementación de esta política será gradual y considera diferentes aspectos, como la investigación, regulación, producción, distribución y acceso de medicamentos. Debemos trabajar juntos para garantizar un acceso justo y equitativo a los medicamentos, y para fomentar una industria farmacéutica sólida y sostenible que contribuya al bienestar de todos los mexicanos, una Política Nacional Farmacéutica encuentra en este momento una ventana de oportunidad de desarrollo para la administración 2024-2030.

Oscar Flores cuenta con 25 años de experiencia en el sector de la salud en México y Latinoamérica, actualmente es socio director de una consultoría enfocada en el análisis de las políticas públicas, salud digital y sostenibilidad.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *