La inflación general desaceleró en la primera quincena de febrero. De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), el Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC) disminuyó 0.10% respecto a la quincena anterior, y con ello, la inflación general anual se ubicó en 4.45 por ciento.

Entre los genéricos que más incidieron en el descenso de la inflación durante las primeras dos semanas de febrero destaca el jitomate con una diminución de 35.39%; le siguió el tomate verde con una reducción de 13.10%, en tanto que el pollo se abarató 1.37 por ciento.

De acuerdo con el organismo, el índice de precios subyacente, que determina la trayectoria de la inflación general en el mediano y largo plazo, se ubicó en 4.63 % a tasa anual.

Por su parte, el índice de precios no subyacente, que incluye los productos cuyo precio es más volátil y las tarifas autorizadas del gobierno, tuvo un crecimiento de 3.93% a tasa anual.

Alejandro Padilla, director general adjunto de Análisis Económico y Financiero de Grupo Financiero Banorte, dijo que mantiene cierto escepticismo sobre una fuerte extensión de la baja, ya que se debió a un efecto estacional en el jitomate, que usualmente alcanza sus precios más bajos entre finales de febrero e inicios de marzo.

“En específico, creemos que condiciones climatológicas más retadoras, especialmente en torno a la sequía, y un repunte modesto en los precios de los fertilizantes pesaran de manera importante en el desempeño, incluso tras descontar un flujo relevante de importaciones en el sector”, señaló.

Por su parte, Alejandro Saldaña, economista en jefe de Grupo Financiero Ve por Más (Bx+), estimó que la inflación interanual exhiba cierta desa-
celeración a lo largo del presente año.

Sin embargo, reconoció que el panorama todavía es incierto y predominan los riesgos al alza.

“Tras la dilución de los choques de años pasados, un entorno de moderación en el crecimiento económico contribuiría a que la inflación ceda un poco más en 2024. No obstante, advertimos que el proceso puede ser cada vez más gradual e, incluso, no lineal”.

Dijo que todavía se observará cierta renuencia en el rubro de los servicios, dentro del índice subyacente, principalmente por el traspaso de las presiones salariales acumuladas.

“Además, las tensiones geopolíticas actuales y los eventos climáticos como la sequía pueden presionar algo más los precios de energéticos y alimentos, dentro del índice no subyacente”.

Así, anticipó que es altamente probable que la inflación vuelva al rango de tolerancia del Banco de México (Banxico). que es 3.0% +/- 1.0%, hasta el primer trimestre de 2025.

Para el cierre de 2024, los analistas de Citibanamex anticipan que la inflación general se ubicará en 4.3 por ciento.

Recordó que en el comunicado de su último anuncio de política monetaria, la Junta de Gobierno del Banco de México indicó en las siguientes reuniones evaluaría, en función de la información disponible, la posibilidad de ajustar la tasa de referencia.

 

Un recorte de tasa no es inminente

La Junta de Gobierno del Banco de México (Banxico) enfatizó que en sus próximas decisiones de política monetaria mantendrá la cautela que ha caracterizado el actual ciclo, ya que todavía hay camino por recorrer para llevar a la inflación a la meta de 3.0 por ciento.

La minuta de la decisión de política monetaria del 8 de febrero pasado indica que uno de sus miembros manifestó que no se puede descartar que sea necesario mantener el nivel actual de la tasa de referencia por más tiempo ante la dinámica inflacionaria.

“La coyuntura económica es altamente incierta, tanto en el ámbito externo como interno, por lo que el instituto central no debe comprometerse a realizar cualquier ajuste a la tasa de referencia en un plazo específico”.

Otro miembro resaltó que cualquier ajuste eventual a la baja en la tasa de política no debe interpretarse como el inicio de un ciclo de relajación monetaria.

Destacó que, en su opinión, debe comunicarse que las próximas decisiones de política monetaria serán completamente dependientes de la evolución de los datos y de que no se materialicen los riesgos al alza para la inflación.

Todos consideraron que el balance de riesgos respecto de la trayectoria prevista para la inflación en el horizonte de pronóstico se mantiene sesgado al alza.

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