Puebla, Pue. Las empresas en Puebla se pueden blindar con el Tratado del Libre Comercio entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) para buscar incorporarse a las cadenas globales de valor, pero a la par deben valorar otros mercados más flexibles, puntualizó el presidente local de la Cámara Nacional de la Industria de Transformación (Canacintra), Carlos Sosa Spínola
No obstante, consideró que deben mejorarse los procesos logísticos, que van desde la presentación del producto hasta esquemas de comercio y digitalización.
Recordó que llevan un año trabajando en el diagnóstico para detectar a empresas con alto potencial de exportación, que deben tener altos volúmenes para hacer negocio, sobre todo por las medidas que impone sobre todo el país vecino del norte.
“Deben enfocarse en la digitalización de procesos productivos, generar accesibilidad a su información y buscar financiamientos para fortalecerse, porque sólo les falta maquinaria para aumentar su capacidad productiva”, ahondó.
Potencial
Carlos Sosa puntualizó que las empresas poblanas que mejor se apeguen a lo que se requiere para exportar podrán tener un camino más firme para estar en el comercio exterior.
Canacintra tiene ubicadas al menos 200 empresas con esa calidad en productos para exportar, de las que 100 podrían hacerlo si cumplen con los requisitos.
Sosa Spínola comentó que a las empresas exportadoras de Puebla llevó dos años recuperar su nivel de exportación tras la pandemia por Covid-19 y ahora buscan aumentarla 30 por ciento.
Desde el organismo, dijo, contribuirán en apoyar a las empresas que quieran incursionar en otros mercados específicos, donde no había muchas opciones y que ahora están abiertos, por ejemplo, en el tema textil, donde hay alta demanda de mezclilla, telares y fibras.
Incluso, hay fábricas textiles con ventas anuales hasta de 1 millón de dólares, las cuales son de las regiones de Teziutlán y Tehuacán, así como del valle de San Martín Texmelucan-Huejotzingo y de la región de Atlixco.
No obstante, el presidente local del organismo reconoció que el problema de las poblanas que exportan es su constancia, pues hacen esa actividad uno o dos años y después lo dejan, a pesar de que tienen éxito.