Playa del Carmen, un supuesto paraíso turístico, ha estado en una lucha constante con la escasez de agua durante años. A pesar de la reciente apertura de cinco pozos, la situación sigue siendo desesperada. El Inegi revela una alarmante desigualdad en la distribución del agua en México. Las regiones del sureste, donde se encuentra Playa del Carmen, reciben más del 62% del agua renovable anual, pero sus habitantes tienen un acceso limitado a servicios básicos de agua.
En Quintana Roo, los problemas con el suministro de agua han persistido durante más de una década. En Tulum, la situación es aún peor, con problemas de aguas residuales y una falta de infraestructura básica de agua y saneamiento. Las soluciones actuales son rudimentarias, incluyendo el uso de fosas sépticas y sumideros.A pesar de las inversiones en infraestructura hídrica, la presión del agua sigue siendo insuficiente para satisfacer la creciente demanda. Los esfuerzos para controlar el consumo de agua y evitar fugas parecen ser insuficientes. A pesar de las promesas de mejora, los residentes de Playa del Carmen siguen sufriendo. El precio del agua está controlado por el gobierno, pero todos los residentes, independientemente de su ubicación, pagan lo mismo, una situación que contrasta con otras regiones donde el valor de una propiedad puede afectar el costo del servicio de agua.